Viaje a Oriente Medio 2003: Siria | Líbano | Jordania | Palestina El conflicto Palestino-Israelí Diario del viaje
Día 17 - Petra
06-10-2003
Trás el largo día de carretera de ayer, hoy nos centraremos en la visita de la antigua ciudad de piedra, Petra, hogar de los nabateos, que construyeron sus tumbas excavándolas en la roca, y esculpiendo fastuosas fachadas en su exterior. El origen de estas construcciones se situa entorno a la época de Cristo. Curiosamente, no cuidaban tanto sus lugares habituales de residencia que eran simples cuevas. La entrada y la taquilla se encuentran a escasos 200 metros del hotel Petra Palace, y desde aquí tras pagar 5 JD (gracias al carnet de estudiante), se han de recorrer unos 500 metros hasta la entrada del Siq, un imponente desfiladero de 1,2 Km de longitud, con increibles paredes estratificadas que entre curva y curva, se alejan y acercan, dando a veces la sensación de que se van a cerrar sobre tí. El simple recorrido por este desfiladero sería motivo más que de sobra para venir hasta aquí a contemplarlo.
Tumba del Obelisco, construida en el siglo I a.C
As-Siq. Aqui se rodó una de las películas de Indiana Jones
Cuando parece que el Siq no va a acabar nunca, entre la alargada grieta del desfiladero aparece una de las visiones más famosas de este lugar: la fachada del Tesoro, o Al-Khazneh, sin duda, el edificio más sorprendente y fotografiado de las ruinas. Tiene un color que cambia de rosaceo a anaranjado en función de la hora del día. Su exterior nos es muy familiar gracias a la película "Indiana Jones y la Ultima Cruzada". En la plaza, el habitual trasiego de conductores de camellos y carros de caballos intentando captar turistas. El interior del monumento sorprende por ser simplemente una sala vacia.
Al final del Siq, puede adivinarse una de las maravillas de Petra
El Tesoro es una de las atracciones del lugar, y recibe en árabe el nombre Al-Khazneh
A continuación nos dirigimos por la calle de las Fachadas hacia el Teatro, donde podemos observar numerosas tumbas, alguna de ellas sin excavar interiormente.
Calle de las Fachadas
Petra. Calle de las Fachadas
Tumbas reales
El Teatro es enorme y sorprende comprobar como han sido esculpidos todos los asientos y el escenario en la roca. Nos recuerda mucho a los coetáneos teatros romanos que hemos visitado en Palmira y Jerash.
El teatro, con una capacidad inicial de 3.000 espectadores fue excavado en la roca
Desde este lugar también se puede divisar el Jebel Al-Khubtha, en cuya ladera se encuentran las tumbas reales.
Tumbas reales en Petra
Una de las tumbas reales : la tumba de Urn
Una de las cosas más fascinantes de Petra es el color y las vetas de la piedra que cubre las paredes. A veces tienen forma de huella dactilar, otras veces de olas multicolores. Como puede observarse, cualquier lugar es bueno para resguardarse del abrasador sol del mediodia.
Petra
Petra
Al final de la desolada avenida, unas cuantas columnas y las ruinas del Palacio Real, dan la bienvenida a lo poco que queda de la ciudad de Petra. En las inmediaciones, el desolado museo, de visita totalmente prescindible, junto a un par de restaurantes. Este lugar también es la base de los camelleros que intentan captar clientes para retornar o animarles a subir en burro el duro camino que lleva, a través del cañón Wadi ad-Deir, al segundo monumento en importancia de Petra, el Monasterio.
Comienzo de la calle columnada del centro de la ciudad de Petra
Lo que queda del Palacio Real
David descansando junto a uno de los camellos
La ascensión nos resulta mucho más dura de lo esperado y tenemos que detenernos a descansar varias veces. En algunos de los lugares de descanso se situan estratégicamente vendedores de recuerdos beduinos, que en algunos casos, nos dan la sensación de aprovecharse de la imagen de suciedad y pobreza de sus niños para obtener más propinas de los turistas. Entre tanto, en algunas zonas se puede observar como la piedra arenisca se deshace con el simple roce de los dedos y deja caer arena de varios colores de sus vetas y aprovechamos para llevarnos un sencillo souvenir.
Una vista del valle Wadi ad-Deir, camino del Monasterio, segunda gran atracción de Petra
Los beduinos de la zona venden collares, pedazos de roca, etc
La arenisca de Petra no sólo es roja, tambien es de otros colores como azul, morados, granate, etc
Al final del largo camino nos espera el Monasterio, también llamado Al-Deir, cuya espectacular fachada nos quedamos contemplando largo rato desde un puesto de bebidas estratégicamente situado.
El Monasterio o según su nombre en árabe Al-Deir
Parte superior del Monasterio
Trás esto, solo nos queda el largo retorno de los casi 5 kilómetros que tiene Petra en extensión lineal, pasando de nuevo por la ciudad antigua, el Tesoro y el Siq, esta vez en dura cuesta arriba. A pesar del cansancio acumulado todo el día, no sucumbimos a los cantos de sirena de los camelleros y conductores de coches de caballos, aunque en más de una ocasión estuvimos tentados de ello.
De vuelta, volvimos a pasar por la cuidad antigua de Petra. Al fondo, se ven las tumbas reales
Detalle de las paredes de arenisca del Siq
El resto de la tarde, la pasamos entre la piscina del hotel y el cibercafe de al lado, en donde un apagón nos mantuvo sentados al fresco en la puerta, con la luz de unas velas, durante más de una hora.