Viaje a Oriente Medio 2003: Siria | Líbano | Jordania | Palestina El conflicto Palestino-Israelí Diario del viaje
Día 05 - Baalbeck (Líbano)
24-09-2003
El día se plantea complicado: pensamos salir de Damasco, atravesar la frontera con Líbano y llegar a Baalbeck, para visitar los famosos templos de Júpiter y Baco. Intentaremos regresar a Siria tras la visita, pero por una frontera diferente para atajar en nuestro camino hacia Hama.

Nos dirigimos a la estación de Baremke en taxi (100 SYP) para coger allí un "service taxi" compartido con destino Líbano. La experiencia resulta un poco más complicada que en Amman. La zona de taxis que van a Líbano y Jordania está en un recinto al cuál se ha de acceder tras un breve registro del equipaje. Ya en las afueras de este recinto se nos avalanzan montones de taxistas hambrientos de clientes. Al llegar al interior, el panorama es aún peor: una jauría de taxistas empeñados en coger nuestro equipajes para llevarlos a su coche, y nosotros empeñados en no soltarlo hasta ver con quién queremos irnos. Al final resulta que las opciones son bastante limitadas y debemos tratar con los primeros de la fila. Negociamos con el mismo sistema de comprar asientos libres para ir un poco más cómodos. La negociación nos fuerza a cambiar el equipaje de vehiculo en más de una ocasión. Una vez concluida (900 SYP, 300 por asiento), hemos de esperar un rato hasta que aparecen pasajeros para los dos asientos delanteros, y mientras, nos abordan una pareja de niños que intentan vendernos chicles y caramelos. Después de ponerse un poco pesados, les compramos unos chicles y les damos una gorra que llevabamos en el equipaje. Al taxista no le hace gracia el gesto y se la requisa. Suponemos que acabaría en manos de su hijo...
En la estación de Baremke, esperando a que el taxi se llene de viajeros
A los pocos kilómetros de camino, llegamos a la frontera con Líbano, y nuevos trámites de entrada y salida. Por suerte podemos pedir un visado gratuito de tránsito para Líbano, para estancias inferiores a 48 horas. Pocos problemas en estos dos puestos fronterizos. Dejamos a uno de los pasajeros de la parte delantera y continuamos viaje con un poco más de espacio. En la foto se puede ver la gorra requisada.
Saliendo de Siria
El puesto fronterizo de Líbano
En el interior del taxi
El paisaje de Líbano es bastante parecido al sirio, a excepción de determinados anuncios en las carreteras de productos prohibidos en Siria como Pepsi, etc... Cruzamos numerosos controles militares y nos encontramos con símbolos de otros tiempos, más violentos. Cuando un país es más rico, sus pobres también son más pobres, y se puede percibir en los precarios campamentos de los trabajadores del campo, en su mayoría refugiados palestinos e inmigrantes de zonas más desfavorecidas.
Una curiosa tienda en la carretero hacia Baalbek
Campo de entrenamiento militar
Las tiendas de un campo de refugiados
Trás dos horas y media de viaje, llegamos a Baalbeck, un pueblo pequeño pero bullicioso, donde se pueden visitar las quizas mejor conservadas ruinas romanas del mundo. Compramos las entradas (450 SYP por persona) y nos permiten dejar el equipaje en la taquilla. Solo queda en pie el templo de Baco y las 6 famosas columnas del templo de Júpiter. Las dimensiones son espectaculares y hacen parecer hormigas a las personas que circulan entre las ruinas.
Recreación de lo que fue Baalbeck, en su momento de máximo esplendor, hace más de mil años
Grupo de columnas del Templo de Jupiter
Templo de Baco, desde el Templo de Jupiter
A la salida del recinto nos enfrentamos al problema de salir de allí. El transporte en Baalbeck se organiza en el "garage", y allí nos dirigimos. Aparentemente los "service taxi" con destino a la frontera norte, no circulan a partir del mediodia, y un taxi privado es desorbitadamente caro (3500 SYP), así que gracias a la ayuda de un amable comerciante, logramos asiento en una furgoneta local que nos llevará a la frontera de Qaa por tan solo 100 SYP, con el inconveniente de que tendremos que cruzar la tierra de nadie a pie.
En Baalbek intentando conseguir un taxi hasta la frontera con Siria
En el taxi hacia Siria
Al final, resulta que la distancia a recorrer a pie no llega a los 300 metros, y tras arrastrar nuestros equipajes por el camino de tierra, llegamos al puesto fronterizo sirio. Aquí nadie habla inglés e incluso se sorprenden de que llevemos un visado con múltiples entradas, requisito imprescindible e imposible de conseguir en el acto. Tras la sorpresa del agente de inmigración de que tuviesemos los papeles en regla, la tensión se rompe con el típico "Madrid, Real Madrid, Good, Good" y una sonrisa acaban con la tensa espera. Aún siendo poco aficionados al fútbol, esta vez, el Real Madrid facilitó las cosas en un remoto puesto fronterizo entre Líbano y Siria. Ya en el lado sirio, nos quedaba la difícil tarea de encontrar transporte a Hama, y el problema es que empieza a anochecer. Intentamos tomar un "service taxi" a Homs, pero es materialmente imposible que entremos nosotros y el equipaje en el poco espacio que quedaba libre, así que no nos queda más remedio que negociar con los pocos taxistas que quedan en el lugar. Dado lo remoto del lugar y la hora tan desfavorable, logramos por 12$ lo que parece va a ser un taxi privado y directo a Hama. Nada más lejos de la realidad. El recorrido es el típico entrar y salir viajeros en el vehículo a cada momento, y para colmo, de directo nada, ya que al final cambia de destino y nos deja en otro taxi, en el centro de Homs, que este sí, nos llevará a Hama. De poco sirven las protestas por el evidente timo, pero a veces, las cosas son así, y no merece mucho la pena enfadarse...
En el taxi que nos llevo a Hama
Llegamos a Hama entrada la noche, y hemos de tomar aún otro taxi que nos lleva por 25 SYP al hotel Cairo en el centro, un alojamiento muy barato del estilo Lonely Planet, donde por 450 SYP nos dan una habitación bastante destartalada y con sábanas un tanto sospechosas. La ventaja de este establecimiento es que organizan tours baratos para visitar el castillo de Krak de los Caballeros, lugar bastante inaccesible por transporte público, por tan solo $7 por persona. La cena, en un restaurante junto al rio, resulta bastante desconcertante ya que la comunicación con el camarero resultó imposible. La cuenta ascendió a 440 SYP, casi lo mismo que pagamos por la habitación. Nos fuimos a dormir trás un largo día y una foto a las famosas norias de madera de la ciudad.
Las norias de Hama